martes, 27 de febrero de 2007

Villa Crespo

Te descubrí algún día cuyo recuerdo es vago,
en ese conventillo de escritorios y sillas
donde más que advertirnos, sólo nos ignoramos.

Fue un probable saludo con mi eterna nostalgia
y el aire de ese barrio, judío, insomne, mágico.

Me imagino ligero, me supongo extraviado,
pensando otras historias, dibujando otros barcos.

Probablemente fuera formal tu bienvenida,
yo te habré dado un beso, prudente, entre los bancos.

No recuerdo ese día,
no puedo recordarlo
y tengo tanto miedo, hoy, que llegué temprano.

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